La hiperhidrosis, una afección que se caracteriza por el aumento de sudoración en las manos, axilas y pies, resta calidad de vida al 3% de a población que la padece
Los expertos sostienen que la denervación simpática es la técnica quirúrgica más efectiva y segura para esta dolencia
Informar a los pacientes de los posibles efectos secundarios y complicaciones, antes de la cirugía, es esencial para el éxito del abordaje quirúrgico de la hiperhidrosis palmar y axilar
El exceso de sudoración de las manos y axilas, comúnmente asociado a un aumento de sudoración en las plantas de los pies, se conoce con el nombre de «hiperhidrosis» palmar, axilar y plantar. A esta hiperhidrosis se le añade el adjetivo de «primaria» porque se desconocen las causas de esta afección puesto que es una respuesta exagerada a un estímulo normal como es la sudoración. En la hiperhidrosis palmar los pacientes suelen sufrir un grave problema social, laboral e incluso psicológico.
Existe una leve predisposición familiar y una mayor incidencia en el sexo femenino a sufrir esta afección que llega hasta el 3% de la población europea y estadounidense, y al 4,6% en áreas específicas de China. Los pacientes que sufren de hiperhidrosis explican que desde la infancia notaban este incremento de la sudoración, lo que ya en el colegio les impedía tener una relación normal con sus compañeros de clase, debido al rechazo que sufrían al contacto de las manos.
Un acto tan habitual como es el de dar la mano a una persona les representa una gran problemática por la sensación que la otra persona percibirá su aumento de sudoración con desagrado. Debido a toda esta problemática existe un estado natural de nerviosismo que en muchas ocasiones se ha interpretado como la causa de este exceso de sudoración, llegándose a tratar a estos pacientes con tranquilizantes. Sin embargo este nerviosismo no es la causa sino el efecto de la hipersudoración, actuando como un círculo vicioso en el que a más sudoración se añade un mayor estado de intranquilidad.
Existen un número considerable de tratamientos locales como el cloruro de aluminio en solución alcohólica, el ácido tánico, la iontoforesis como tratamiento transcutáneo etc; que pueden disminuir la severidad de la sudoración, aunque al ser un tratamiento de por vida los pacientes finalmente lo abandonan por lo que resultan poco efectivos.
Tratamientos eficaces
Actualmente, el tratamiento de elección de la hiperhidrosis palmar y axilar es la denervación simpática (simpatectomía, simpaticolisis y clipping), por su alta eficiencia y seguridad. Esta técnica consiste en la interrupción del estímulo nervioso de la cadena simpática a nivel T2 (rubor facial), T3 (palmar) y T4 (axilar).
«La denervación simpática torácica es segura, con pocas complicaciones, escasos efectos secundarios y elevada eficacia. Esto ha generado que sea cada vez más solicitada por aquellos pacientes que sufren alguna de las formas de hiperhidrosis, e incluso por pacientes afectados por rubor facial», explica el doctor Pedro M. Rodríguez Suárez, cirujano torácico del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
¿Qué factores determinan la efectividad de esta técnica quirúrgica? «La efectividad de la simpatectomía torácica viene determinada principalmente por el tipo de hiperhidrosis y el tiempo transcurrido desde la intervención. La efectividad inicial en la hiperhidrosis palmar alcanza el 99,2 por ciento con una satisfacción del 97 por ciento. Pasados los seis meses de la operación la efectividad puede disminuir hasta el 98 por ciento, en algunos casos», ha explicado el doctor Rodríguez, en el marco del 48º Congreso SEPAR celebrado en Gran Canarias.
Calidad de vida
En relación a la calidad de vida, transcurridos 30 días desde la intervención, el 86,4 por ciento de los pacientes define su calidad de vida como «buena o excelente». Los principales factores que determinan el incremento en la calidad de vida postoperatoria son la ausencia o disminución de la hiperhidrosis y la ausencia de sudoración compensatoria. «El grado de satisfacción postoperatoria es elevado aunque disminuye con el tiempo a causa de la aparición de la sudoración compensatoria o por la reaparición de la hiperhidrosis», afirma Rodríguez.
Las complicaciones derivadas de la simpatectomía torácica no superan el diez por ciento, siendo el neumotórax la más frecuente, aunque solamente debe ser tratado con drenaje pleural en el 30 por ciento de los casos. El efecto secundario más importante de esta técnica es la sudoración compensatoria, que ocurre entre el 50 y el 90 por ciento de los casos, pero que en gran parte de los casos (alrededor del 90 por ciento) se presenta de forma leve.
Efectos secundarios
El experto asegura que «a pesar de la aparición de la sudoración compensatoria, el 90 por ciento de los pacientes que la sufren toleran mejor este efecto secundario que los síntomas de la hiperhidrosis que sufrían previamente a la intervención», asegura el doctor Rodríguez. «Solamente el seis por ciento de los pacientes se arrepiente de la operación por motivos de compensación compensatoria muy severa. Es por ello que es fundamental informar a los pacientes de los posibles efectos secundarios y complicaciones del abordaje quirúrgico de la hiperhidrosis».
La persistencia de la hiperhidrosis se presenta entre un 1,9-2,8 por ciento de los casos y suele deberse a una simpatectomía torácica errónea o incompleta. La recidiva de la hiperhidrosis suele aparecer durante los primeros 6 meses y su intensidad, en la mayoría de los casos, es leve-moderada. Al igual que para la persistencia, el tratamiento de la recidiva es la reintervención quirúrgica, la cual registra una tasa de éxito superior al 80 por ciento.
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6 Replies to “Cuando el sudor se convierte en un problema”
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