• Los niños con Trastorno del Espectro Autista presentan una microbiota diferente que favorece la presencia de síntomas digestivos, así como de alteraciones del comportamiento y lenguaje.

• Existe una implicación directa de la microbiota en el autismo, así como de la disbiosis intestinal en el metabolismo de la serotonina.

•Se estima que más de un 80% de los niños con trastorno del espectro autista manifiestan trastornos del sueño.

• Los familiares de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) exponen las dificultades cotidianas que supone la alta prevalencia de trastornos del sueño en estos pacientes.

 

Participantes en el encuentro organizado por el laboratorio Kurasana

Un centenar de familiares de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) se han dado cita en una jornada científica y divulgativa, organizada por Laboratorio Kurasana, donde se ha puesto el foco en los inconvenientes que plantea la frecuente presencia de trastornos del sueño en esta población y las medidas higiénicas y terapéuticas a adoptar para mitigar y hacer frente a estos problemas. En esta primera jornada de puertas abiertas para familias, celebrada en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, se apuesta por hacer un abordaje de 360º del TEA y de los problemas de sueño frecuentemente asociados con esta enfermedad.

El papel de la microbiota intestinal

Uno de los aspectos más novedosos y atractivos abordados en este encuentro es la implicación de la microbiota intestinal en el autismo. Actualmente, se cuentan con evidencias contundentes sobre la existencia de un eje intestino-cerebro, así como sobre la implicación de la microbiota en el estado de ánimo; de hecho, por ejemplo, se ha demostrado que los pacientes con depresión presentan un perfil de microbiota distinto que las personas con estado de ánimo normal. Los últimos estudios sugieren, incluso, que la microbiota influye directamente en el estado de ánimo.

Pero también se sabe que la microbiota intestinal de los niños con TEA es distinta, cobrando un especial protagonismo el fenómeno de disbiosis intestinal, es decir, una alteración del equilibrio de la microbiota que se caracteriza por la pérdida de masa bacteriana beneficiosa.

Como informa la Dra. Silvia Gómez Senent, médico adjunto de Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz (Madrid), “en los niños con TEA predomina más el género bacteroidetes que en la población normal, y también se observa en otros estudios una mayor presencia de bacterias tipo clostridium”. Todo este desequilibrio, argumenta esta experta, “favorece la presencia de síntomas digestivos en estos pacientes, así como de alteraciones del comportamiento y lenguaje”.

Pero también se considera posible la existencia de una asociación entre la peculiar microbiota intestinal de los niños con TEA y su mayor riesgo de experimentar trastornos del sueño. Aunque actualmente no hay estudios que demuestren que los trastornos del sueño en el TEA se deban a la existencia de una disbiosis intestinal, su vinculación con el metabolismo de la serotonina podría sugerir una cierta relación.

“Con la alimentación obtenemos triptófano, que está implicado en el metabolismo de la serotonina que, a su vez, regula el estado anímico y la producción de melatonina, que está implicada en el sueño”, detalla la Dra. Gómez Senent, quien subraya que “hasta el 90% de la serotonina se genera en el intestino, siendo la microbiota intestinal la principal parte implicada en este proceso”. Sin duda, afirma, “la disbiosis intestinal puede producir una alteración en el metabolismo de la serotonina”.

Medidas a adoptar

Partiendo de esta realidad, los expertos apuntan que el estilo de vida y la alimentación son claves para evitar y combatir la disbiosis intestinal. “Podemos hacer un cambio de la microbiota de los niños con TEA a través de la alimentación, el consumo de probióticos, el ejercicio y la gestión del estrés”, asegura la Dra. Gómez Senent, quien señala que “la cepa lactobacillus plantarum PS 128 ha demostrado beneficio en estos pacientes”.

En el caso específico de los trastornos del sueño que padecen los niños con TEA, “y que llegan a estar presentes en más del 80% de ellos, se apuesta también por la instauración de medidas higiénico-dietéticas”, tal y como resalta el Dr. Víctor Soto Insuga, neuropediatra especializado en trastornos del sueño del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (Madrid), quien admite que “las alteraciones del sueño están infradiagnosticadas en niños con TEA” y que no sólo tienen un carácter conductual, sino también biológico en algunos casos.

Según destaca el Dr. Gonzalo Pin Arboledas, jefe de Servicio de la Unidad de Pediatría y de Sueño del Hospital Quirón Salud de Valencia, “en niños con TEA hay que extremar el cuidado de los hábitos de vida saludable; no solo se debe establecer un horario estricto y adecuado de cuándo se debe acostar y despertar a cada uno de estos niños con TEA, sino que también se debe pautar correctamente cuándo y cómo deben alimentarse”. Como consejos prácticos sobre cómo facilitar, de forma sencilla, la conciliación del sueño en estos casos, este experto subraya que “el inicio del sueño en los niños con TEA debe instaurarse desde el diálogo, la tranquilidad y la calma de los padres, para combatir la habitual ansiedad que presentan estos pacientes. Hay que respetar los relojes biológicos”.

Y es que actualmente el sueño adecuado se concibe como el resultado de un equilibrio entre dormir-despertar, la correcta alimentación, la actividad física y la afectividad, todo lo cual está regulado por el reloj biológico central que está en el sistema nervioso autónomo. Y es que, como explica el Dr. Pin Arboledas, “muchos de los niños con TEA presentan una alteración de ese reloj biológico y, por eso, es especialmente importante su cuidado”.

Pero no siempre las medidas higiénico-dietéticas son suficientes para combatir los problemas de sueño en los niños con TEA. “En algunos de estos casos se advierte una alteración en la vía metabólica de la melatonina, lo que plantea la necesidad de que el profesional sanitario especializado paute un tratamiento con melatonina y/o triptófano”, indica el Dr. Pin Arboledas, quien recalca que “son tratamientos muy eficaces y seguros pero que siempre se deben emplear bajo prescripción facultativa y asociados a los recomendados cambios en el estilo de vida”.

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